Criada en una familia de artistas, me cuesta imaginarme mi mundo sin arte.
Desde chica que me tocó vivir la experiencia del crear, de la belleza de las cosas, del observar y el sentir, siempre supe que mi futuro iba a estar rodeado de arte pase lo que pase.
De manera ingenua pero acertada, tomé la decisión de estudiar diseño gráfico, donde desde un comienzo me tocó presenciar la dualidad entre el diseño y el arte, siempre viendo los dos como ciencias que pueden congeniar y vivir entre sí, pero que muchas veces se me dijo que no.
Durante mi carrera académica, tuve la oportunidad de realizar dos intercambios, uno en Italia, y otro en España. Fue ahí donde me di cuenta que había acertado, y que definitivamente ambas prácticas tenían mucho que ver entre sí. Esta experiencia me permitió ver con otros ojos el enorme mundo del diseño y el arte, donde muchas veces el margen de ambos era tan mínimo e íntimo, que llegaba a ser perfecto.
Hoy en día, intento aplicar ambos al momento de crear, finalmente es algo que me nace y que no debo forzar, pero creo que un diseño bien acabado, es cuando uno logra ver arte en él.